Introducción
PADOVA (ITALIA) – Marzo de 2025 – En una tranquila sala de Padua (Italia), un grupo de personas se reúne en torno a una mesa. Algunas habían pasado años en el teatro, utilizando la interpretación para dar sentido al mundo. Otras habían construido sus vidas en torno a la defensa de los derechos, codo con codo con las supervivientes de la violencia de género, luchando contra el silencio que con demasiada frecuencia rodea sus historias. Procedían de lugares diferentes -España, Serbia, Francia, Chipre, Italia-, pero durante dos días, en esta sala, hablaron el mismo idioma: el cambio.
Se trataba de la segunda reunión transnacional del proyecto FADO, un ambicioso esfuerzo por convertir el teatro en una herramienta de sanación. Dirigida por el MDE40 WIPSEE y organizada por la N.E.T., la reunión no fue una simple puesta al día. Era un momento de decisión, una encrucijada en la que la planificación se encontraba con la realidad, en la que las ideas debían convertirse en acción.
El Proyecto FADO, una ambiciosa iniciativa Erasmus+ que abarca cinco países, se enfrenta a una crisis que afecta a millones de personas. Pero en lugar de las intervenciones tradicionales, el proyecto apuesta por la actuación y la narración de historias para empoderar a las supervivientes, romper el ciclo de la violencia y formar a facilitadores que lideren la acción.
Un nuevo tipo de escenario para las supervivientes
El programa de formación de cinco módulos incluye cursos sobre comprensión de las raíces de la violencia de género, derechos legales, técnicas de teatro social y habilidades de actuación, todo ello con el fin de ayudar a las supervivientes a transformar sus experiencias en defensa de sus derechos. El contenido estará disponible en una plataforma digital de reciente creación, que pondrá la metodología al alcance de organizaciones de toda Europa.
El material de formación estará pronto disponible en una plataforma digital, lo que facilitará a las organizaciones de toda Europa la reproducción de la metodología. Pero no todas las ideas pasaron el corte final. Una propuesta de espacio de debate interactivo -un foro virtual en el que las supervivientes pudieran compartir sus historias- se descartó finalmente por motivos de privacidad y seguridad.
«Tuvimos que tomar una decisión difícil», explica Yiannos Gregoriou, de FAROS (Chipre), el equipo responsable de la infraestructura digital del proyecto. «Nuestra prioridad es crear algo sostenible, algo que realmente proteja a las personas a las que intentamos ayudar. El empoderamiento nunca debe producirse a costa de la seguridad.»
Más que un proyecto, un movimiento
No obstante, el equipo de FADO sabe que este trabajo se debe extender más allá de un programa de formación. El cambio real no se mide por ciclos de subvención: se mide por los cambios en la cultura, en las conversaciones, en la forma en que las personas supervivientes se ven a ellas mismas y su futuro. Para hacerlo posible, están desplegando una estrategia de divulgación integral, incluyendo un canal de YouTube, una presencia en las redes sociales y asociaciones con líderes de la comunidad para asegurar que el impacto del FADO dura después que la financiación se agote.
Y no se están quedando atrás. El próximo encuentro transnacional será en Barcelona en octubre, donde los y las facilitadoras pondrán los elementos finales en la primera parte de los materiales de la formación. A finales del 2025 empezará el piloto del proyecto, con los y las facilitadoras probando el programa con comunidades reales. Para 2026, los y las mentoras formadas por FADO liderarán sesiones de empoderamiento basadas en el teatro en toda Europa.
Conclusión
Es un enfoque no convencional, pero ese es exactamente el punto. El cambio raramente pasa jugando seguro. Y, a medida que el equipo de FADO hace las maletas en Padua para dirigirse a sus respectivos paises, no sienten sólo esperanza, sienten determinación.
