La lucha contra la violencia de género exige algo más que leyes y políticas: requiere un cambio profundo en la forma en que las sociedades entienden y abordan el problema. El Consorcio FADO, una iniciativa de colaboración entre Francia, Italia, Serbia, España y Chipre, se enfrenta a este reto sin rodeos. A través de una combinación única de narración de historias, educación y creación de comunidades, FADO—Finding Assistance, Delivering Outreach—pretende empoderar a las supervivientes, educar a las comunidades y construir un futuro en el que este tipo de violencia no sólo sea condenable, sino impensable.
En el corazón del proyecto FADO está el enfoque del Teatro Socialmente Comprometido, un poderoso método que invita a las personas supervivientes a compartir sus historias en el escenario. No se trata de líneas ensayadas ni de personajes ficticios, sino de la verdad cruda y sin filtros. Al dar testimonio de estas historias, el público se enfrenta a la realidad de la violencia de género de una manera que las estadísticas y los informes por sí solos nunca podrían lograr. Para las supervivientes, el acto de contar su historia públicamente puede ser un paso profundo hacia la reivindicación de su voz y el inicio del proceso de curación.
Pero la visión de FADO va mucho más allá del escenario. Reconociendo que la educación es clave para la prevención, el proyecto ha desarrollado una completa plataforma web que ofrece recursos, módulos de formación y espacios de debate para educadores, trabajadores sociales y el público en general. Estas herramientas están diseñadas para cuestionar estereotipos nocivos, promover relaciones sanas y dotar a las comunidades de los conocimientos necesarios para reconocer y prevenir la violencia. Al hacer que estos recursos sean de libre acceso, FADO garantiza que el apoyo no esté limitado por la geografía o el coste.
Rompiendo el silencio
El enfoque del teatro socialmente comprometido da voz a las supervivientes para que compartan sus historias y desafíen el estigma que rodea a la violencia de género.
Unidas contra la violencia
Comunidades de toda Europa se unen para apoyar a las supervivientes y exigir el fin de la violencia de género a través del proyecto FADO.
El poder de la solidaridad
Desde hashtags a protestas en la calle, la acción colectiva está en el centro de la misión de FADO de sensibilizar y promover el cambio.
Voces por el cambio
Cada día surgen voces valientes -defensoras, supervivientes, organizadoras- que lideran la lucha contra el feminicidio y la injusticia de género. Su trabajo se hace eco de la visión de FADO: un futuro marcado por la seguridad, la dignidad y la justicia inquebrantable.
Uno de los aspectos más innovadores de FADO es que se centra en capacitar a los supervivientes para que se conviertan en líderes. A través de programas de formación, las supervivientes pueden adquirir habilidades para facilitar talleres y dirigir debates comunitarios, transformando sus experiencias vividas en fuentes de fortaleza y defensa. Este enfoque no sólo ayuda a romper el ciclo de silencio que rodea a la violencia de género, sino que también redefine a las supervivientes como agentes de cambio y no como víctimas de las circunstancias.
El impacto del trabajo de FADO ya es visible en las comunidades a las que sirve. En talleres celebrados en toda Europa, educadores y trabajadores juveniles informan de un cambio en la forma en que los jóvenes hablan del consentimiento, el respeto y la igualdad. Entretanto, supervivientes que antes se sentían aisladas han encontrado un sentido de solidaridad y propósito al conectar con otras a través de la red del proyecto. Estos cambios, pequeños pero significativos, sugieren que el enfoque de FADO no sólo es transformador, sino también replicable, ya que ofrece un modelo que puede adaptarse a diferentes contextos culturales y sociales.
El camino para acabar con la violencia de género es largo y complejo, pero el trabajo de FADO ofrece un poderoso recordatorio de lo que es posible cuando las comunidades se unen para escuchar, aprender y actuar. Combinando el poder personal de la narración con las herramientas prácticas de la educación y el apoyo comunitario, el Consorcio FADO está demostrando que el cambio no solo es necesario, sino que está al alcance de la mano.